En la búsqueda por embotellar vinos francos y que sean ellos mismos es que fui despejando de la ecuación los diversos interferentes entre la viña y la copa. Ahí la barrica se presenta para mí como el gran homogeneizador, razón por la cual deje de usarlas. Además de aportar taninos ajenos a la uva, el roble constituye el “lateral golosina” del vino aportando aromas y sabores ajenos (vainilla, chocolate, coco, etc.) que habilitan un camino de satisfacción instantánea. Esto está en las antípodas de mi propuesta artística. Los vinos de Las Payas están para dar pelea, para interpelar, para sacar bebedores de la zona de confort. Para el plan “satisfacción malbec roble” hay supermercados llenos de vino.
EL ANHÍDRIDO SULFUROSO Y LOS SULFITOS
En el intento por minimizar el contenido de sulfitos en mis vinos llegué a no ponerle...